Parece que el cierre patronal de la NBA es mucho más que no dejar que de comienzo las competiciones, que se hayan suspendido las Ligas de verano o los partidos de la pretemporada, que no es poco. Entre las muchas imposiciones de la NBA durante este "lock out" está la de que no puede haber ningún tipo de contacto entre los jugadores y miembros de las franquicias.
En la época en la que estamos de bautizos, bodas y cumpleaños, muchos jugadores tienen que pensárselo dos veces antes de celebrar algo, si no quieren que sea una celebración minimalista. Ni siquiera a través de los cónyugues es legal el contacto. Y es que saben que si son descubiertos hablando, ya sea en persona, por teléfono o a través de Internet con personal de las franquicias o amigos jugadores se enfrentarían a multas de hasta un millón de euros o incluso podrían ser despedidos. Pero parece que Tim Frank, portavoz de la NBA, sabe lo importante que son las grandes bodas en los Estados Unidos y ha dicho: "Hay excepciones a la ley de no contacto en situaciones excepcionales. En algunos casos vamos a permitir a la gente asistir a sus bodas."
A todo esto los pabellones se van vaciando, incluso han retirado los nombres de los jugadores de las taquillas. La página web de la NBA parece más un libro de historia, llena de imágenes de viejas estrellas, que un lugar donde poder ver al chico de moda del baloncesto americano. Mientras, unos se entrenan en su casa pensando en Europa y China, otros como Jason Kidd, no dejan de pensar en que si el "lock out" acaba con la temporada, podrían haber jugado su úlitmo partido.
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