Los nervios de Guardiola

Las prisas nunca son buenas y si encima van acompañadas de nervios, aún peor. Eso debió pensar ayer Pep Guardiola en la rueda de prensa previa al partido que esta tarde enfrentará al Shakhtar Donetsk y al Barcelona. De primeras, no parece un partido difícil. Se trata de la vuelta de cuartos de final de la Champions, pero el equipo de Pep lleva un resultado muy favorable de 5-1 al Donbass Arena, así que el pase a semifinales está casi asegurado.

El problema es cuando se te acumula el trabajo y sabes que después de este encuentro, habrá otro más importante y después de ese otro, y así hasta prácticamente un mes entero. Y parece que los nervios por superar todos estos retos están a flor de piel en el técnico azulgrana. Ayer en la rueda de prensa previa al partido de esta tarde un periodista ruso quiso recordar a Guardiola que todos los equipos que habían eliminado al conjunto ucraniano en competición europea habían llegado a la final, y sin darse cuenta el entrenador del Fútbol Club Barcelona afirmó: "Si ganamos al Shakhtar estamos en la final". Nadie se esperaba una respuesta así de un técnico que mide cada una de las palabras que dice. Tuvo que ser el jefe de prensa, Chemi Terés, el que se acercase a Pep y le advirtiése del "fallo" que acababa de cometer al "eliminar" directamente al Real Madrid de la semifinal de la Champions.

La reacción de Guardiola no se hizo esperar y se vió claramente en sus gestos, sus respuestas, lo que habíamos comentado nada más empezar este artículo. Los nervios y las prisas son malos aliados. Las prisas por querer arreglar el lapsus que había tenido sumado a los nervios de la situación hicieron que el técnico se tocara la frente incómodo y acabara intentando resolver el error en inglés, cuando los únicos idiomas que se estaban utilizando hasta entonces eran el ruso y el castellano.

La conclusión es clara y es que la presión le puede a cualquiera, aunque seas la persona más tranquila y comedida del mundo del fútbol. Esta actitud no es habitual en Pep Guardiola, pero hay que reconocer que es humano, que se equivoca y que lo pasa mal, como todo el mundo.