Tanto que se habla de buen fútbol, tanto que se habla de la pasión de ese deporte, tanto que... al final el desastre y la violencia pueden a la pasión, al juego y al respeto. Sí, el desastre se hizo realidad. Cayó uno de los más grandes del fútbol argentino. River Plate descendió después de empatar 1-1 ante Belgrano en el encuentro de vuelta de la Promoción.
El problema es que las crónicas del partido que se están publicando, las noticias que se están dando, ninguna habla sobre el partido, no hay menciones de jugadas ni momentos destacados...simplemente toman protagonismo los energumenos que se creen que la mejor manera de expresar su amor, su devoción y su lealtad a su club es apedreando cosas, quemando otras o agrediendo a la policía.
Pues sí hubo momentos clave y nombres, que en este caso estamos seguros que les gustaría que no se acordasen de ellos. Una de ellas fue el empate a uno de Farré en el segundo tiempo, donde después de un malvado error de los centrales permitió al pirata marcar. Lo peor vino cuando Pavone, el autor del 1-0, no pudo marcar una pena máxima a 22 minutos del final del encuentro. A partir de ese momento la crispación no hizo más que aumentar en la grada y el árbitro, Pezzotta, tuvo que dar por acabado el encuentro ante la amenaza incesante de varios ultras por saltar al campo.
Una lástima que después de 110 años de historia se recuerde su descenso al Nacional B con más de 40 heridos y con unas fuerzas de seguridad que no eran capaces de poner límite al descontrol y con un Monumental en llamas y despidiendo humo negro sin parar. Ahora, solo Boca Juniors e Independiente son los únicos que han permanecido en la máxima categoría y esperemos que por mucho tiempo, para que no vuelvan a suceder situaciones como estas...
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